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  • Foto del escritorDr Guillermo Eugen Banzas

“La soberbia nunca baja de donde sube..." Francisco de Quevedo


“La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió”.

Francisco de Quevedo


Elegí a Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos porque además de ser una parte importante del Siglo de Oro de la Literatura española, fue “Caballero de Santiago” es decir algo mucho mas que un simple y brillante poeta y escritor; fue un hombre de su tiempo, de compromiso político y de agallas para sostenerlo, recomiendo leer a Quevedo y veremos rápidamente qué lejos estamos del genio de los hombres que marcaron lo mejor de la literatura castellana.


Pero elegí esta frase de Don Francisco, porque los argentinos sufrimos de dos enfermedades graves: una que vino de China y se definió como COVID -19, y fue mal atendida, pesimamente controlada y ya causó mas de cuarenta mil muertes además la destrucción del aparato comercial y productivo en muchas economías regionales, la pérdida de un año educativo en los tres niveles, sobre todo para quienes no podían pagar una educación privada (ésta se adaptó mucho más rápido), los padres y madres de estos niños y jóvenes que debieron trasladar su trabajo a casa, sólo debieron dotar al niño de una PC y agrandar la banda de internet y así podían estudiar y trabajar desde la seguridad del hogar, millones no solo no pudieron, ni siquiera soñaron con hacerlo, simplemente perdieron el trabajo, la changa, la escuela se cerró, por lo tanto perdieron el almuerzo y las madres que trabajaban dejaron de hacerlo, es decir este año, al menos diez meses de cuarentena “artificial” solo trajo desgracias, además de las muertes que no tienen remedio, millones pasaron velozmente a la pobreza de donde costará mucho sacarlos.


La segunda de las enfermedades “graves” es la soberbia reinante, este virus no vino de China, está en nuestro ADN, solo se activa cuando el individuo es sometido a la influencia de un poco de “poder”, la percepción de esta influencia, o simplemente la capacidad de que alguien obedezca a sus órdenes, actúa como un “activador” del virus de la soberbia y éste se expande en todo el organismo, sus efectos altamente contagiosos, generan una pandemia, que no tiene solución.


El virus no reconoce ideología, ni siquiera posición social, es tal vez la característica más democrática de nuestra sociedad, es decir, nos afecta a todos de diferentes maneras, pero nos afecta, el antídoto, que seria la humildad, tiene efectos tan negativos en la supervivencia, que es descartado inmediatamente, el infectado de soberbia supone al humilde , una personalidad débil que debe ser descartada o básicamente ignorada, el humilde “no entiende nada de nada”, solo está allí por la generosidad del soberbio, cuando a este se lo cuestiona se ofende de manera inexplicable, ¿Cómo se atreve un simple mortal a cuestionar a quien está infectado de soberbia?


Modos de reconocer la enfermedad.

Es bastante simple: el infectado o infectada, no es capaz de reconocer error alguno, la equivocación, la falta de razón, muchas veces de información, por no decir de cultura general, es imposible reconocer estos defectos, no lo puede tener, ni siquiera sospechar que los tiene.


No reconoce Partido Político o ideología, religión o condición social, por eso afirmo que es un virus igualitario, cuanto más ignorante es el infectado, mucho más se nota, y si a esto le sumamos que por alguna razón es halagado o convocado por los Medios de comunicación, estas condiciones agravan el cuadro.


Verificamos esto en la discusión del Proyecto de Aborto, entre otras, pero me detendré en esto porque fue muy evidente y sobre todo público, lo que hace mucho mas comprensible entender el concepto.


La Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto que admite como normal y aceptable la privación de la vida de alguien concebido, es decir una tercera persona entre la mujer “portadora” y el hombre aportante de parte del material genético conque esta tercera persona, que de sancionarse la ley, será asesinado simplemente porque el deseo de una de las partes, sin juicio previo, sin defensa, ya que el Estado habría renunciado a ejercerla como obliga la Constitución, la “representación promiscua de los menores” que está en la norma constitucional expresada en el art. 75 inc. 22 y en el Código Civil.


Frente a esto que en si mismo es una tragedia, porque reconozcamos que impedir el desarrollo y posterior nacimiento de un ser humano es en si mismo trágico, la respuesta de los 131 diputados nacionales que votaron a favor, fue la alegría, los abrazos y festejos habrían tomado el “Palacio de Invierno”, habrían bajado de “Sierra Maestra” enarbolando un blíster de Misoprostol y haciendo enormemente felices a los laboratorios y a la agenda de Soros y Cía.

Nadie se preocupó en impedir el embarazo ¿no? ¿para qué?


Si lo podemos abortar con una serie de pastillas que tienen efectos secundarios y que generalmente terminan con la mujer que los toma en la mesa de un cirujano para hacer el legrado correspondiente.

No importa los diputados que votaron a favor, no admiten critica alguna, obviamente ellos están a favor de los derechos de la mujer, esta de moda y nadie va en contra de ella, a ver si te dejan de invitar a programas de TV que ven unos miles de personas, mientras cocinan o pasan la aspiradora.


¿NO tomaron conciencia de la tragedia de haber renunciado al uso de la inteligencia humana para imaginar medios efectivos de impedir el encuentro de los segmentos de ADN que forman a un ser humano, ¿para qué?

Las excusas que los que defendemos la vida lo hacemos por cuestiones confesionales que deberían ser respetadas como los hombres y mujeres del común respetan sus vanidades, pero no es mi caso, no creo en Dios, vengo a ser un contradictor, no de “conciencia” sino un opositor jurídico, diríamos que somos los peores, porque a nosotros no nos convencen con tonterías , solo recibimos insultos como los que profiere Iglesias o Cerruti, que en esto no hay diferencias ideológicas o políticas, la obligación de explicar lo inexplicable los iguala, es la demostración de que están infectados con el virus de la soberbia.


Proyecto inútil, porque en realidad hay prioridades sanitarias mucho mas importantes para las mujeres, por ejemplo: según las estadísticas el 47% de las mujeres mueren por enfermedades oncológicas, el 34% de las mujeres mueren por HIV, sólo el 0,05% mujeres mueren por prácticas de aborto ilegal.


Es decir, por imprudencia sexual, la falta de utilización de preservativos muere el 34% de las mujeres infectadas por SIDA y de ese número solo un 2% es por transfusiones mal controladas.

Las cifras de sífilis en Argentina son trágicas, según datos de la Secretaría de Salud de la Nación la tasa de casos de sífilis reportados en varones y mujeres jóvenes y adultos se triplicó entre 2013 y 2017, ya que pasó de 11,7 a 35,2 por cada 100.000 habitantes (estadística a octubre del 2019)


Es decir, nos ocupamos del embarazo no querido, que tiene una tasa de mortalidad de 0.05% pero ignoramos los números espantosos de enfermedades de trasmisión sexual como el SIDA o la Sífilis, con esta última corremos mayores riesgos porque se hace evidente en la mujer en la etapa media de la infección cuando ya todo es muy complicado.


Es decir, la soberbia como virus impide que las autoridades desarrollen políticas de Salud razonables lo unico importante es acompañar los deseos de minorías, que muchas de ellas no tienen en sus planes quedar embarazadas, salvo por la intervención de un programa de fertilización, ya que eligieron su sexualidad con su mismo sexo.


NO tenemos atención oncológica pública de calidad fuera de CABA, más allá de eso el 47% de la mortalidad femenina tiene como origen el cáncer.

Según datos del año 2018 del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, en dicho año 48.643 mujeres fallecieron de enfermedades cardiovasculares y solo 6.023 fallecieron por cáncer de mama. Esto significa que una de cada tres mujeres fallece debido a un infarto o a un accidente cerebrovascular.


Exceso de peso, obesidad, estrés, falta de prevención, inexistencia de políticas preventivas, pero nos ocupamos de la sexualidad de muchachos y chicas que podrían resolver este tema y de paso impedir la trasmisión de enfermedades sexuales graves comparando o recibiendo un profiláctico gratis.


Sería mucho más barato aun para el presupuesto, pero no, elegimos el camino que nos impone la Agenda 2030, que por supuesto no la hacemos nosotros.

Es mucho mas redituable el “retorno” de la medicación abortiva que de un profiláctico.


La soberbia, que no es otra cosa que “el sentimiento de superioridad frente a los demás que provoca un trato distante o despreciativo hacia ellos”, los enfermo a todos

Esto es lo que nos impide ver los extremos del problema: quedar bien con una minoría intensa y financiada, pero olvidan a miles que mueren diariamente en los hospitales públicos.

Si esto no es una demostración del otro síntoma evidente del virus de la soberbia, que es la imbecilidad, no sé qué sería.

Para ir redondeando

Tengo la esperanza de que los Senadores razonen, y si no lo tendremos que hacer por vía judicial.

A los diputados y diputadas que se abrazaron felicitándose por haber dado media sanción a un proyecto viejo e inútil, carente de prioridad, solo me queda decirles el profundo desprecio que me han producido, sin importar la bancada, los desprecio de igual manera, porque no han tenido ni siquiera la curiosidad de explorar otros caminos, es más fácil ponerse un trapito verde, y abrazarse, total, sus hijas ya hace rato que tienen sexo sin protección, hasta ellas mismas lo confesaron, y frente a un embarazo no querido mami y papi la acompañaron a abortar.


NO es raro pensar que quien es inmoral en su vida personal lo sea en su vida pública.

Me queda todo muy claro.

Pensando en Francisco de Quevedo, y en la Orden de Santiago, preservar la vida, es apostar al futuro, claro que eso requiere mucha humildad e inteligencia, cosas que el virus de la soberbia elimina inmediatamente.

Los abrazo a todos desde San Salvador de Jujuy.
























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