“Todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan”.
Jean-Jacques Rousseau
Hablar de Jean Jacques es hablar de lo mejor del siglo XVIII, no sólo por su producción y la multiplicidad de conocimientos, sino porque su legado llega hasta nuestros días, impregna la legislación constitucional de casi todos los países de occidente, y ejerce influencia sobre la de oriente.
Autor del “Contrato Social”, ese texto “pre Estatal”, que en el caso de los Estados Unidos, y de nosotros, como país, junto a las Constituciones de James Anderson influenciaron de manera definitiva en la construcción jurídica de occidente, al menos es su aspecto organizativo y constitucional.
Ustedes se preguntaran, porque recurrí a este pensador de origen suizo, para comenzar este comentario semanal, bueno un poco de paciencia que al final de esta reflexión se entenderá.
Los días de las diferentes cuarentenas están pasando con distintas intensidades, con diferentes abordajes, con responsabilidad de algunos, inconciencias de otros, mostrando como suele suceder cuando el ser humano se enfrenta a situaciones límites: lo mejor y lo peor de nosotros.
Uno puede entender que las conductas individuales, sean las que por definición las más cuestionables, desde el temor que genera un hecho conmocionante y desconocido, y espera que sea la “sociedad jurídicamente organizada”, es decir el Estado el que tome las medidas, genere las conductas que nos llenen de seguridad y tranquilidad, bueno eso es lo que se espera en cualquier nación civilizada, no ocurre en la Argentina.
Ya comentamos las liberaciones de los presos, de cualquier preso y la sospecha de la semana anterior se va confirmando, que ahora de manera pueril, y cínica se proteste desde el oficialismo, se pidan juicios políticos a jueces, hayan entregado, al Juez VIolini, que entre nosotros la tragedia, es que sea juez, el huir hacia adelante, tan típico de los culpables, no esconde, ni mucho menos disculpa la enorme irresponsabilidad de abrir las cárceles a individuos que no pueden estar en libertad, que no deben estarlo porque son peligrosos para la sociedad, como más de una docena de incidentes lo demuestran, los ladrones volvieron a robar, los asesinos volvieron a matar y los violadores repitieron sus atroces comportamientos.
Ya quedó probado: la responsabilidad del Ejecutivo Nacional en estas liberaciones, también quedó probado algo mucho más evidente que un grupo de delincuentes salgan en libertad, y vuelvan a cometer ilícitos, aun los más aberrantes , es que la sociedad argentina no tienen quien la gobierne.
Esto tratare de explicarlo antes que algún pobre tipo recorte de este comentario y salga corriendo a ver qué daño me pueden hacer, les sugiero que terminen de leer.
El Presidente Fernández miente, en algunos casos de manera descarada, muestra para el periodismo, cada vez más rastrero y miserable, una cara que se derrite como cera al fuego, frente a alguna palabra, o pregunta fuera del guión, como en el caso de la periodista Luciana Geuna, que aun siendo una “militante histórica” de la causa del latrocinio organizado, que es el kirchnerismo, cuestionó de manera muy liviana las excarcelaciones, y el presidente no solo le sugirió que estudie más, que en realidad solo demuestra su poca clase, ya que esos comentarios se hacen fuera de cámara o no se hacen, pero sí le permitió al Presidente hacer una serie de reflexiones sobre la supuesta obligatoriedad de una “recomendación”, de la CIDH.
Todo el mundo reconoce que la herramienta que se utiliza para expresar los pensamientos, es el lenguaje, en sus diversas formas, hay términos en castellano que se explican solos: “recomendar”, no es “obligar”, el presidente Fernández en esa patética charada de entrevista nos dijo, sin ponerse colorado que la Argentina cedió su jurisdicción a un Organismo como la CIDH, que si recomienda hay que obedecer, inmediatamente, yo periodista le hubiera dicho: “Señor Presidente” también recomendó sobre Milagro Sala y sigue presa, también recomendó sobre los militares detenidos sin sentencia firme este gobierno y el anterior que usted conformó y los ignoró, le hubiera dicho.
Pero bueno, el Presidente trató de explicar decisiones que sabemos no tomó él mismo, la determinación de intervenir en las “negociaciones” para excarcelar detenidos fue ordenada por el sector del gobierno que reconoce el liderazgo de la vicepresidenta, y a Alberto Fernández sólo le quedó el triste papel de dejar trascender algún “enojo”, pero avalar con su conducta dichas excarcelaciones; es decir la pandemia nos demostró que además de matar a cientos hasta ahora, destruyó la pátina de respetabilidad que suponíamos debía tener el presidente.
Cuando hay dos gobiernos, no hay gobierno.
“Gobierno como tal, se define como el juego armónico de tres poderes, dos de ellos votados por la sociedad y un tercero que según nuestra Constitución, se debe definir básicamente por el mérito, la capacidad, inteligencia y conocimientos de sus miembros, que es el Poder Judicial.
Sin embargo el gobierno de Néstor, primero, y luego los dos de Cristina, subestimaron, cuando no despreciaron el “mérito”, llamándolo “meritocracia”, recuerdo en el año 2003 mantuve un fuerte debate con un señor que hoy es Diputado Nacional por el kirchnerismo mas cerril, donde trataba de explicarle que si uno de sus hijos enfermaba salía corriendo al Hospital Italiano, porque allí, al menos en esos años estaba la mejor medicina que el dinero público podía pagar, es decir su salario de legislador.
Entonces si queríamos la mejor medicina, y allí los méritos, las especialidades, los “cartones”, que certificaron saberes eran tan importantes, tan o más lo eran los méritos que Fiscales y Jueces debían tener para decidir sobre nuestras libertades y fortunas, (las de él, no las mías).
Pero allí aparecía el término: ”es más complejo”; claro, como pienso como abogado, inmediatamente reflexioné, si vas a comentar delitos, queres tener la seguridad que quien lleve la acusación y luego te juzgue sea lo más bruto y pensionable posible, porque si le diste un cargo que dura “para siempre” y le aseguras una jubilación extraordinaria, piedra libre para enriquecerse de manera poco clara, con la única condición que si a su juzgado cae algún tema de sus mandantes o de los amigos de tus mandantes, se haga el tonto, o juegue con el Código Procesal para que nunca se sepa nada, es lo único que se le pide de parte de la fuerza y mayoría circunstancial de la política que lo puso allí.
Años me pasé explicando que votar a unos u otros no es lo mismo, y no solo por los impuestos, en un país que todos protestan por ellos, pero cuatro de cada diez son evasores, sino la importancia de sufragar correctamente, es que en manos de esa gente ponemos la elección de los jueces.
Explicado esto, digo: dos de los Poderes del Estado están en cuarentena.
El Legislativo jugando a la PlayStation, con Massa que no logra articular nada y Cristina Fernández que se imagina ella sola frente a las pantallas ordenando el debate a placer, justo cuando hay que tratar los DNU, la política internacional del Gobierno, para darle un nombre, los endeudamientos, el pago o no de las deudas internacionales, etc.
El Judicial que está de “feria” sólo para lo normal, ya que los presos siguen saliendo, hay jueces que piden nulidades, y están tratando de regresarle la administración de las propiedades logradas a través de delitos a los imputados de ellos, una maravilla.
La Sociedad.
Estamos sin periodismo, no lo hay es hora que nos demos cuenta, mas no sea una minoría, entender que en la argentina hay periodistas y periodismo, este último no existe como tal, de los primeros hay esfuerzos respetables y admirables de Medios artesanales, que deben estar, pero el periodismo a gran escala, aun ese que pensábamos que nos representaba, a la hora de la verdad son “trabajadores de Prensa” y responden a sus patrones, contratantes, auspiciantes o como quieran definirlo.
Debemos entender que las Redes son minorías, muchas veces cultas, que nos comunicamos entre nosotros y creamos nuestro propio “microclima”, entendiendo que si tenemos miles de seguidores, imponemos la “agenda”, les quiero decir que para ser Diputado de la Ciudad se necesita casi ochenta mil votos, no somos más que muchos con seguidores que les parece bien lo que decimos, nada más.
¿A qué voy con esto?, que las Redes son importantes, pero no definen mucho, que debemos pensar que terminada la cuarentena el “Control Social” que ejercemos sobre el Gobierno debe ser mucho más firme, mucho más explícito, porque sin duda a esta administración no le interesa la opinión de los propios, mucho menos la de los que no los votaron.
Tienen un plan, de menor a mayor, desembarazarse de las causas judiciales que los molestan, imponer una agenda internacional, llenar los casilleros del Estado y los Organismos oficiales de tropa propia, manejar todos los resortes del Poder, de sus tres ramas, diseñar un discurso e imponerlo con el erario públicos, no solo con periodistas militantes, sino con periodistas a sueldo, que hoy los promocionan a ellos, y mañana lo pueden promocionar al Gauchito Gil si hay dinero para ello.
La oposición.
En estos días de pandemia los he observado con mucha atención, tenemos legisladores que luchan a brazo partido para lograr que los Poderes del Estado funcionen, otros que van por los medios denunciando cosas, y muchos más que, o se dedican a organizar “seminarios” vía Zoom, de alguna cosa digna de Dinamarca, o solo mantienen el silencio.
Terminada la “ola verde” muchas de las legisladoras se quedaron sin discurso, vuelvo a sugerir, que ser mujer o ser hombre, no necesariamente es útil a la hora de legislar, la hemos tenido a Florentina Gómez Miranda, a Irma Roy a la propia Lilita Carrio, que no necesitaron cupo.
Todos esperamos que se cumplan los seis meses de “gracia”, para que otras voces se escuchen, el oficialismo también, por eso la desesperación por ningunear con encuestas telefónicas muy raras, cualquier posicionamiento político de quienes son los lideres de la oposición
Días pasados me decía un peronista muy respetable, por cierto, que si los números de Poliarquía son estos que muestran, debemos declararnos en quiebra moral, me quedé pensando en ese término. ¿No será que nuestro problema es que nuestro balance de los valores es francamente deficitario?
Por eso recordé a Jean-Jacques Rousseau, y su concepto sobre “las pasiones”, ¿no será hora que las dejemos de lado y empecemos a mirar el mapa de la política con más racionalidad, pensando que solo la unidad de los opositores nos puede sacar de esta mediocridad lindante con el delito?
No sé, les dejo la inquietud.
Desde San Salvador de Jujuy.
Libre de COVID -19.
Los abrazo a todos.
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