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  • Foto del escritorDr Guillermo Eugen Banzas

“Un fracasado es un hombre que ha cometido un error..........


“Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia”.

Elbert Hubbard


Nuestro amigo de esta semana fue un hombre extraordinario, vendedor ambulante, filósofo, ensayista, murió en 1915 cuando un torpedo hundió el Lusitania, pero no es su absurda muerte lo que nos convoca sino su extraordinaria inteligencia, fruto de miles de horas de reflexión de pueblo en pueblo vendiendo jabones, si, jabones.


La obra de Herbert, no es fruto de bibliotecas, ni de sesudas sesiones de reflexión en aulas universitarias sino de la soledad del camino, de intercambio comercial con miles de personas en los EEUU, donde recorrió sus aún peligrosos caminos mientras anotaba en una libreta sus pensamientos y reflexiones.


Un hombre puede haber cometido errores, pero si no los convierte en experiencia es un fracasado, es decir, para el vendedor ambulante, devenido en filosofo, la reflexión sobre el error es el secreto de no volver a cometerlo y el antídoto para el fracaso, término que aun, quienes viven en el error no admiten, cuando la soberbia, supera la reflexión.


La argentina del fracaso y la reflexión.


Todos los que hacemos cosas: estudiar, trabajar, escribir o simplemente tratar de convencer a otros de que se están equivocando hemos sentido más de una vez la sensación del fracaso, quizás porque o no somos demasiados exigentes o simplemente porque no nos hemos dado cuenta de una cosa que es evidente, como la salida del sol en las mañanas; hay quienes la soberbia y el egoísmo les impide la mínima reflexión sobre sus actos y los repiten, esos son los “fracasados”, no nosotros que al menos lo intentamos.-


Un poco de historia


Los que por edad o militancia, nos sentimos actores de la recuperación de la Democracia, podemos decir que la descomposición del regimen militar después de una guerra inútil, pero heroica, aceleró un proceso que inevitablemente se produciría, por el agotamiento económico y social, tuvimos que tomar la determinación de elegir la herramienta para enfrentar la recuperación de la República, y lo elegimos , más de la mitad de la sociedad eligió a un abogado de Chascomús, que no se subió al avión victorioso de las Malvinas, un hombre que nos prometió la recuperación democrática, que juzgó a las Juntas de Comandantes y a las Cúpulas Montoneras, que nos insertó en el mundo de los ochenta, que no es el mundo actual, donde los EEUU dominaba el mapa mundial y sobre todo el Americano, que el concepto del “destino manifiesto” les permitía pensar que ellos podían elegir la forma de gobierno de los países donde suponían que tenían influencia y sino derrocarlos.


Enfrentó la reconstrucción de su Pais partido en pedazos, con miles de desaparecidos, el número no modifica el latrocinio moral de haber tenido un grupo de hombres de uniforme y civiles comprometidos en el exterminio del otro, simplemente por diferencias ideológicas


¿La violencia que imponían las Organizaciones terroristas pudo haber sido enfrentada con la constitución en la mano?, pero claro si derrocaron a un gobierno constitucional ¿Cómo iban a respetar el debido proceso?


Lo cierto es que le toco a Raúl Alfonsín por decisión de la sociedad, gobernar la recuperación de la sociedad, sobre todo la “moral”, la CONADEP, los Juicios a las Juntas, a los líderes de las organizaciones terroristas, tan criminales como los que con las armas de la Patria exterminaron a miles, le toco a él y menos mal, que fue a él.


Me animo a postular que una vez resuelta la contradicción de un Estado “exterminador” y una sociedad gobernada por éste, ésta comenzó a exigir otras cosas y en realidad la sociedad siempre exige más de lo que es capaz de dar, es casi una característica sociológica del argentino, que nos dicta “quiero más, pero no me pidas nada”.


Pero lo cierto es que la razón de este escrito no es el de un “ensayo histórico”, ni mucho menos antropológico, sino tratar, con los que me leen y los que alguna vez me leerán cuando estas páginas estén amarillas, de reflexionar: porque nos pasan las cosas, y porque razón no podemos entender las causas de nuestros colectivos fracasos, aunque para tenerlos deban invariablemente existir individuales éxitos, que por lo general están ligados a la violación de la ley.


Desde 1983, la pobreza va en aumento, por razones “ideológicas” el primer gobierno democrático eligió una salida de emergencia, que como todo en nuestro país se convierte en políticas de Estado, es decir lo urgente se transforma en permanente.


La Caja de alimentos, se transformo en el “bolsón”, el subsidio a los nacimientos en la AUH, la ayuda al desocupado , en subsidio permanente a la desocupación, es decir desde hace años el Estado eligió subsidiar la pobreza y no solucionarla.


Carlos Menem que sucedió a Raúl Alfonsín en 1989, con un discurso abiertamente populista, solo consiguió dos hiperinflaciones que licuaron los salarios, quebraron empresas y marginaron a millones, cuando se dio cuenta que las patillas y el poncho peronista lo hacia correr el riesgo de terminar precipitadamente su gobierno, decidió afeitarse, cortarse el pelo, usar ropa de seda y corbatas italianas y para que nadie estuviera nervioso, y no tener una Tablada o una Semana Santa, indultó a los genocidas y a los Líderes guerrilleros responsables políticos también del genocidio.


Y para que durante unos años los argentinos afirmáramos la existencia del “milagro”, violando las leyes de la economía, fijó una paridad artificial: de un peso un dólar, y la Argentina de clase media feliz.


Nació el “deme dos” en Miami, los que regresaban de viaje, mas que carritos de valijas necesitaba montacargas, claro, ninguno tomaba conciencia que para mantener la “paridad”, había que endeudarse, pero no importa alguien lo pagará.


El periodismo financiado por privados (las Empresas a las que le interesan el Pais) que les convenía estas políticas, no dejaban de alabar al nuevo Adenauer autóctono, que producía el milagro argentino inflando un globo que le explotaría a otro. Consiguió, extorsionando a la minoría en el Congreso, la reforma Constitucional y su reelección, a cambio se logró independizar a los porteños del Presidente y elegir su propio gobierno, le dio representatividad a las minorías en el Senado y que creó Institutos: como el Consejo de la Magistratura y el Ministerio Publico, claro la Constitución del 1994 creo las herramientas, las que mal la usamos somos los argentinos.


Reconoció con rango constitucional los derechos amparados por los Pactos y Convenciones a las cuales la Argentina había adherido, pero seamos francos, no cumplían ahora con rango constitucional (Art 75 inc. 22 y 23), tal vez tendrían más fuerza.

Terminó su mandato en 1999 y ganó, fruto del voto popular en la Ciudad mas sofisticada del Pais el primer Jefe de Gobierno , el Dr. Fernando de la Rúa, que obviamente no estaba preparado para decirle a la sociedad, “muchachos” llego la factura de 10 años de joda.


El peronismo, que nunca gobierna, porque si bien disfrutó de la fiesta de su presidente durante 10 años, privatizaciones incluidas, aunque esto significara la pérdida de millones de puestos de trabajo y la famosa “soberanía” energética, la Linea de Bandera.

Cuando el gobierno radical de Alfonsín insinuó una asociación con capitales privados casi le incendian el Pais, pero no nos acordábamos porque paseábamos por Piazza Navona, o estábamos de compras en Florida, EEUU.


La crisis, la renuncia del ya enfermo presidente de la Alianza, el radicalismo miembro mayoritario de ella, se quedó a pagar los costos políticos, el FREPASO que fue un invento del peronismo porteño, se mimetizo con una nueva Banda en ciernes: el kirchnerismo, en el Grupo Calafate que coordinaba una figura gris que solo era útil para llamar por teléfono y citar a reuniones , Alberto Fernández, quien nos iba a decir que diez y nueve años después lo tendríamos de presidente, elegido por la viuda del Jefe del Grupo Calafate, el inventor del Gabinete (Asociación Ilícita), perfeccionando la técnica de su admirado Carlos Menem.


Pero nada de esto ocurrió sin el beneplácito social, porque nadie entró por la ventana: Néstor gana en primera vuelta con menos del 24%, a un Menem que gana la elección con un 25%, es decir si juntábamos las dos “bandas” el 50% de la sociedad estaba dispuesta a ser gobernada por malandras probados, uno con experiencia nacional, y otro que venia a perfeccionar lo producido en Santa Cruz , aun con los mismos actores y métodos.


Es decir 5 de cada 10 argentinos son responsables de uno y otro, seamos sinceros porque si nos mentimos, estamos perdidos.

De este cincuenta por ciento hay amplios sectores de la clase media, digamos todo, no le echemos la responsabilidad a los pobres, que la democracia “estructuro y cristalizo” al menos en un 30%.


En 2015, la sociedad voto, sin llegar al 50% a otro ex Jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, unido otra vez a la UCR y otros Partidos menores, esta vez no solo termino el mandato que de por si es un éxito institucional: nos metió en el mundo, generó nuevos mercados, invirtió en Obra Publica (el cemento no se come) decían los peronistas en la oposición, pero no se quejaban de los aeropuertos y miles de kilómetros de rutas que unían sus provincias a los puertos de salida de sus economías regionales, es decir: con el cemento se comió.


Pero esta administración exitosa, que reestructuró la deuda con los Bonistas, pagó las deudas del Gobierno de Cristina, esa señora que hizo el Pacto con Irán y que tiene certezas, mas no pruebas del asesinato de un fiscal, si, ella, la que hoy es vice presidenta con el voto popular.


Nuevamente a la sociedad no le interesa un bledo, ni siquiera la certeza de que los Kirchner robaron 12 años, cuatro de Néstor y ocho de Cristina, por alguna razón, llamada populismo estaban bastante contentos.


Argentina de diván


NO es casual que seamos un País donde aun se estudia y practica la psicología, y que seamos el país de América latina con mayor consumo de ansiolíticos, sabemos que en el fondo fracasamos como sociedad y ahora, pandemia mediante, que nos encierran, en una cuarentena que ya nadie le da bolilla, que nos vacunan en dosis homeopáticas, que nadie le hace caso a un presidente violento, que en cualquier momento patea al perro alquilado llamado Dylan.


La discusión no es cuándo votamos, la discusión es a quién votamos, a mí me da muchísima pena la “Agenda” de las Redes Sociales, que se supone que somos los argentinos mas ilustrados, leo cosas que realmente me hacen dudar, si no seria mas inteligente en vez de comprar un Android, muchos dedicaran ese dinero a estudiar un poco, pero en fin estamos hablando del “fracaso”.


Nos queda mas que claro que la sociedad ha fracasado, pasamos del G20 a que los países vecinos no quieran ni hablar con nosotros, que los EEUU nos regale rezagos de guerra, como a Burundi, para armar hospitales de Campaña, a un Pais que exportó médicos y que tiene hospitales preparados para su población, mas los vecinos, pero como está la Salud en manos de Sindicatos, necesitamos Hospitales de Campaña-.


La Pandemia solo es un síntoma más del fracaso, no nos engañemos, no es quien habla con quien, o quien dice que cosa, somos personas teóricamente inteligentes, la responsabilidad es nuestra, ni siquiera de los que viven en la marginalidad dependientes de un subsidio porque en treinta y ocho años la “política”, “no se supo, no se quiso, o no se pudo”

No restamos pobres, sumamos de a millones, propios y de los países vecinos.


Fracasamos, cuando tuvimos una oportunidad, con el G20, los acuerdos con el Mercado Europeo, los empresarios mas preocupados por la investigación de sus delitos de cohecho, financiaron el periodismo para asegurar que los cómplices del cohecho, ganaran toda una ironía.

Supongo que los mas inteligentes y ricos de la Argentina pensaron que Macri era como ellos, y el señor se había retirado de los negocios hacia muchos años y no se iba a meter a salvarlos de sus tropelías.

Ahora pagamos el precio


Conclusión

Les pido, salir del fracaso colectivo y darnos como sociedad una oportunidad, trabajando, entendiendo que nadie se salva solo, lo hace en conjunto con otros y para esto necesitamos gente, que sus errores lo convirtieron en experiencia ,nos dicen y escriben en un libro.

Esa gente necesitamos

Los abrazo, desde San Salvador de Jujuy. -


























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