“Un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante”.
Bertrand Russell
Se me ocurrió pensar en Russell, porque el tema de esta semana será “la crisis”, como concepto, como situación, como estado de ánimo, como respuesta, y sobre todo como una posición ética y moral frente a las cosas: ¿Qué es la crisis?, según los diccionarios: “Una situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso”; “grave”, “decisiva”, “peligro”, términos que componen la definición de la palabra crisis; si vamos a su etimología: “Del griego krísis: 'decisión', del verbo kríno: `yo decido, separo, juzgo', designa el momento en el que se produce un cambio muy marcado en algo o en una situación: en una enfermedad, en la naturaleza, en la vida de una persona, en la vida de una comunidad.”
La argentina vive en estado de crisis, desde que este señor que escribe tiene memoria, y podríamos llevar la fecha de inicio a los albores de la Patria, que si nos miramos en términos de especie, como me gusta hacerlo a mí, estamos en crisis desde hace millones de años, pero lo que para nosotros es un estado de peligro grave y decisivo permanente, para gran parte del mundo que nos rodea la “crisis” ha sido una oportunidad de cambio, de decisión, de oportunidades para el mundo que prospera, está más cerca del “krino”, mientras nosotros nos debatimos en el barro.
No siempre ha sido así, a la crisis de organización nacional, que se generó después de la Independencia en 1816, que tardamos casi medio siglo en resolver parcialmente y generó miles de muertos en diferentes guerras Civiles, la división de la Provincias Unidas del Rio de la Plata, la Constitución fallida del 1820, la de 1853, y finalmente la que nos rige desde 1860 con las reformas del año 1994.
La crisis de representación resuelta con la Ley Sáenz Peña, parcialmente y definida con la incorporación del voto de la mujer, a mediados el siglo XX.
La crisis de responsabilidad parental, la patria potestad compartida, la posibilidad de que el contrato matrimonial, pudiera disolverse por incumplimiento o por acuerdo, se resolvió en el Gobierno de Alfonsín a mediados de los ochenta, es decir a modo de muestra, las crisis las pudimos resolver como “oportunidades”, a veces y por lo general nos enamoramos de ellas.
¿Por qué digo que amamos las crisis?
Porque ellas nos permiten “ignorar” el Contrato Social, que suponemos fue escrito para tiempos normales, alguien alguna vez postuló que la “normalidad institucional”, es una cosa y las “crisis” son otras, y como hemos visto en su definición, las crisis son situaciones que ponen en riesgo “un proceso”, en nuestro caso el proceso institucional, y cuando utilizamos el poder del “Contrato Social”, es decir la Constitución y sus Instituciones, las resolvimos sin problemas.
Estamos frente a una crisis importante que deriva en varias más, pero trataré de simplificar y decir que el 10 de diciembre del 2019 entramos solos, sin que nadie, más que el voto ciudadano lo produjera, a una crisis de representatividad de difícil solución.
Todo lo demás, lo económico, institucional, político, aún las consecuencias del COVID-19, tienen su origen en esa fecha, y la explicación, antes que alguno se ofenda, es muy sencilla: El 10 de diciembre se instaló un Gobierno “débil” por definición, bifronte, esquizofrénico, mendaz, fantasioso, porque la única manera de soportar el hecho de que el Presidente, solo es un mandatario, no del pueblo como imaginó el sistema, sino de quien en caso de acefalia lo reemplace, es la “crisis”: que el gabinete haya sido diseñado por la Vicepresidenta, que el Poder que le dio una diferencia acotada y construida artificialmente, la hace suponer que ella y una “Secta” de gente afín, son titulares de un poder sin discusión, sin control y sin dar explicaciones. Que resolvió las mayorías en las Cámaras con votos o presionando a legisladores que traicionaron a sus votantes y abandonaron esta posición para ser funcionales al oficialismo, y que logró el control de la Prensa por ideología, militancia de los periodistas (en sí mismo un disparate) o con el simple intercambio de favores, ¿cuáles?, No lo sé, pero puedo afirmar que la “partida” de publicidad estatal a los Medios se multiplicó varias veces, si tomamos en cuenta los aportes de la administración anterior, y el cambio de actitud de los principales periodistas de los Grupos de Medios, hablan por sí mismos.
Es decir, la señora Cristina Fernández viuda de Kirchner, en silencio impuso su sello, no a un hombre “bueno y moderado”, sino a un socio que por razones que desconozco había tomado una distancia considerable de ella en algún momento, y que desarrolló una serie de acusaciones gravísimas, sobre la muerte del Fiscal Alberto Nisman, el Pacto con Irán, la muerte accidental de un “tatuador” y lo convirtió en un icono de la oposición Kirchnerista, como fue Santiago Maldonado, etc. y que de manera sorpresiva se convirtió en el Candidato a Presidente, con el apoyo incondicional de los Gobernadores, los Intendentes del PJ y la Prensa que lo había convertido en Adenauer; que por un número, en términos políticos, escaso se impuso en primera vuelta.
Por esto, la fecha del 10/12/19, no es caprichosa o mal intencionada, es la triste referencia a un “experimento político”, al que el peronismo cada tanto somete al resto de la sociedad, lo vemos y sufrimos desde ese día, como ciudadanos, como empresarios, como peones de campo, como dueños de campo, como empleados, como jubilados.
Lo sufrimos al ser víctimas del ajuste a las actualizaciones jubilatorias, la mala atención del PAMI, al ver que el ANSES es utilizado para “mantener la base electoral”, confesión del patético gobernador de Buenos Aires, el porteño Axel Kicillof, los empresarios sobre todo, a los agroexportadores que se le ajustan los impuestos y las retenciones, los empleados que reciben como respuesta a una inflación cada vez más grande , el congelamiento salarial, por supuesto las mediciones del INDEC volvieron a antes de diciembre del 2015, cuando el número era sugerido por la Presidencia, las encuestas de medición de la pobreza que fue el caballito de batalla del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, que nos escandalizaba con números que resultaron falsos y que como bien recordó Osvaldo Bazán, fue el instrumento elegido por esa Casa de Altos Estudios y el Vaticano para empujar la candidatura del Dr. Fernández, hasta este escándalo presenciamos en la crisis: que La Santa Sede, de hecho otro Estado, se involucre en la elección de un País con el cual tiene firmado un Concordato, mas allá de la nacionalidad del Obispo de Roma, que se pierde cuando el Colegio Cardenalicio lo elige.
Mientras se desarrollaba el armado del Gabinete, de Organismos y se felicitaban que habían subido de categoría al Área de Salud, nombrando Ministro a un Médico conocido por todos, sobre todo por los laboratorios, la OMS, denunciaba que en China se estaba produciendo un brote de una cepa nueva de la familia de los COVID, al cual definieron como 19.
Es decir, los Países signatarios de la ONU y socios de la Organización Mundial de la Salud recibieron el “alerta”, algunos inmediatamente cerraron fronteras, se prepararon para lo peor, y lo peor llegó a mediados de Diciembre cuando veíamos morir la gente en las calles de Wuhan.
Veíamos cómo el virus llegó a España e Italia, seguramente antes de diciembre ya hacia estragos, miles de muertos, mientras tanto en la Argentina no se cerraban los aeropuertos, más allá del intenso flujo de viajeros de Europa y China, nada se hizo, claro, se estaban repartiendo los cargos.
Recién en Marzo, setenta días después salió en DNU, el Ministro de Salud dispuso preguntarles a los viajeros si se sentían mal y que lo expresaran en una Declaración Jurada, y que no hacia falta ponerse muy nervioso porque estábamos en verano y “China estaba muy lejos”.
Por lo tanto postuló que la “crisis” que se produjo en diciembre pone en peligro el desarrollo del proceso político argentino, que la Pandemia mal encarada, subestimada, ignorada, termina siendo aprovechada por al Gobierno para “cercenar” derechos y representaciones políticas, limitar peligrosamente a dos de los Poderes del Estado, pero el “gobierno” también son los Legisladores oficialistas que lo permiten, los Jueces de la Corte y de las Cámaras, sobre todo del Fuero Federal, que lo avalan, es decir: no hay una sola responsabilidad, sino una multiplicidad de responsabilidades que a mi entender estamos muy cerca de una “crisis institucional severa”.
Se visualiza esto en el nerviosismo reinante, en las respuestas absurdas en un régimen Republicano, de impedir expresarse a la sociedad pacíficamente, en empezar con persecuciones, por ahora mediáticas, la utilización de personajes de dudosa popularidad como Tinelli o la “modelo” Luciana Salazar, para salir en una cabalgata de mensajes acusando a la administración anterior de espiar y perseguir, cosa que ni ellos mismos creen. Hay un principio rector en la política: si tus voceros son personajes dudosos de la farándula como los nombrados, el señor Brieva y otras “modelos” del ambiente, es que nadie medianamente serio quiere realizar esa tarea.
La oposición
Salvo algunos legisladores, la mayoría de la oposición no entiende que estamos todos en el mismo barco, cuando decimos todos entendemos que es la sociedad y ellos en conjunto, que no hay dos repúblicas, una habitadas por contribuyentes y contribuidos cada vez más, y otra con políticos, como días pasados en que el Senador por la Ciudad de Buenos Aires definió como “clase”; entonces marchamos solos, protestamos solos, no logramos que se comprenda algo básico. Al gobierno no le interesa cuidar las formas, no le interesa la elegancia de sus dichos, mienten descaradamente y no se les mueve un pelo, y gozan de la enorme ventaja de la “centralidad”, con contradicciones a la que el periodismo no repregunta, pero esto también tiene un límite.
Las Cámaras funcionan con mayorías artificiales y engañosas, se niegan a debatir porque prefieren seguir gobernando con DNU, los legisladores del oficialismo y sus asociados han renunciado a legislar, a ejercer el control republicano, a la iniciativa política, y no les molesta, al contrario sienten comodidad en no ser responsables casi de nada.
Mientras tanto la realidad del COVID-19, como sus consecuencias se notan cada vez más, la economía se derrumbó de manera interanual, y no es el virus el responsable, deberíamos entender todos, aun los más humildes que no hay manera de que la Argentina sea el Mundo Feliz que les proporciona todo sin esfuerzo, no existe tal mundo, y deberían, sobre todo los más humildes enojarse mucho porque en vez de trabajo, les dan viandas, no nos equivoquemos el argentino humilde y trabajador es un señor con dignidad, ese que no marchaba en las movilizaciones contra Macri, es que los fines de semana después de alguna changa, se construye o arregla su casa.
La Empresas serias, como la de la Fábrica de Pintura, que no acepta la ayuda del Estado a cambio de financiar la militancia de La Campora, a la Secta ya no le alcanza con el Estado, que ahora asalta a los privados, mientras se incendian sospechosamente los campos de los Dirigentes de la CRA, son tan primarios que no comprenden que lo que queman, son lo dólares que se necesitaran para hacer populismo el año entrante.
Y solo han pasado casi seis meses, tenemos la sensación de que el encierro, la falta de pudor, la inmoralidad reinante, nos lleva cada vez a más indignación y la sociedad indignada se torna imprevisible, y allí puede encontrar lo peor de la “crisis”.
Ese 48% que eligieron la crisis, sabiendo que se producía, se enfrenta a los que pretendemos sacar lo mejor de nosotros en esta oportunidad: la solidaridad, la inteligencia y el compromiso republicano.
Yo me sigo preguntando ¿por qué los legisladores, todos ellos no nos acompañan en las protestas?
Me pregunto ¿por qué no se dan cuenta de que el mundo cambió?, que después de la Pandemia ya nada será igual, que la Agenda de la Sociedad es otra, más básica más sencilla.
Queremos recuperar las instituciones de la República y su funcionamiento a pleno.
Queremos llegar a las elecciones del 2021, sin la certeza que intentarán hacer cualquier cosa para impedir un resultado adverso.
Allí los necesitamos a ellos: a los representantes, a los Intendentes, a los Gobernadores, a todos.
Quería reflexionar sobre lo general, y no sobre lo puntual, las grandes sociedades se construyen sobre las oportunidades que se les presentan, tuvimos una en el 2015, afirmamos el camino a pesar de los obstáculos en el 2017, caímos en la tentación populista y facciosa en el 2019, al menos por poco margen, las posibilidades de volver a la civilización y a las instituciones están intactas, solo debemos persistir en el esfuerzo y acompañarnos entre todos, esto se terminará democráticamente.
Se irán como llegaron, con los votos de la sociedad, no tengo ninguna duda.
Los abrazo.
Desde San Salvador de Jujuy
Gracias Ana Emilia Veteri
@anaveteri
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