Vivir en la Tierra es caro pero ello incluye un viaje gratis alrededor del sol cada año.
Anónimo
21 de Mayo 2023.
He escrito toda mi vida miles de hojas, estoy llegando a los setenta años, en ellas he hablado de Política, de Filosofía, de Derecho y alguna que otra vez e transcrito charlas con amigos, en fin, he vaciado cartuchos de tinta para transmitir ideas, con la llegada de la era de las computadoras hace más o menos cuarenta años. Porque a pesar de todo, empecé a escribir con una máquina de teclado y cinta pero esas hojas se perdieron.
Algún día seleccionare de esas miles, algunas hojas que merezcan salir de los 0 y 1 de la nube y convertirse en hojas de papel, condenadas al color amarillento con el paso de los años.
Pero hoy domingo, precisamente este domingo quería escribir direccionando mis pensamientos hacia una única persona, un único ser humano, simplemente esto es una botella en el mar, tal vez llegue a la playa deseada o no, pero en el camino las olas de la vida le darán impulso.
Todos hablan de la “vida”, y esta es solo la acumulación de horas, en ellas hacemos cosas, muchas veces equivocamos las prioridades, o simplemente solo nos concentramos en ellas, damos por supuesto las palabras entre propios, porque en la familia nuclear el amor esta descontado, pensamos equivocadamente que es una accesorio de él, es decir los hijos son amados y esto está descartado, es así, pero los hijos en algún momento se convierten en personas como uno, y ya no dan nada por supuesto.
La metáfora de los hijos es la manera más sencilla que he encontrado para que se me entienda, pero siempre he escrito para ellos.
En estos años, pensé que lo que podía aportar con lo escrito le serviría a alguien, que por razones largas e inútiles de explicar lo que yo escriba será leído por ciudadanos que tenían en sus manos la posibilidad de hacernos la vida más fácil, o simplemente justificar nuestros esfuerzos, los abandonos que por causas que suponíamos importantes tenían algún sentido y en realidad hoy solo me encuentran convencido de que el esfuerzo de miles, las horas invertidas fuera de la familia, solo les posibilitó a un montón de gente poder vivir muy bien del esfuerzo ajeno, y solo pronunciar palabras de ocasión, sin aportar ninguna idea concreta y la verdad no me siento un tonto, de alguna manera me siento cómplice, pero quien no lo es.
Quien no suponía que estaba en la “épica” hace cuarenta años y de esa épica adolescente solo quedan los recuerdos, los amigos, y que muchos no pueden justificar su patrimonio, y no felices con esto, nos dejan como herencia la pesada carga de sus hijos.
Seguramente debo ser de los únicos de esa generación que llega al fin de su vida sin patrimonio, y les cuento que es bueno no tener capitales y tener la serenidad de mirar de frente al mundo, no tener que dar cabriolas dialécticas para explicar lo inexplicable, son lo que son, porque no saben hacer otra cosa, al menos les dejo a mis hijos la herencia de un apellido personal, del cual nunca sentirán vergüenza, y amigos míos no se dan una idea el patrimonio concreto que es este.
Poder caminar por las calles sin esperar reproche alguno, y solo de cuando en vez alguien que se cruza de vereda para abrazarte.
De este capital, que no es inmobiliario, que no se representa con autos de alta gama, de esto, ellos mis amigos de hace 40 años, pocos son tributarios.
Por lo tanto, y de manera de excusa podré decir: perdí tiempo de calidad con los que más amo, pero no para hacerme rico, sino porque tuve la ingenuidad de pensar que estaba construyendo un País mejor, cuidado, solo alcanzando un ladrillo, un balde de arena, mis responsabilidades no fueron el plano del edificio democrático, solo tareas menores, pero lo pague como si el edificio fuera solo mío.
No he perdido la fe en la democracia, muy por el contrario sé que es la única manera de vivir, pero tengo para mí, que todavía pasarán muchísimos años para que los ciudadanos seamos una sociedad y no un conjunto de individualidades que se aprovechan los menos honestos para, en esta confusión, apropiarse de nuestro trabajo.
Somos nosotros y nuestra dificultad para entender que nunca en la vida uno recibe todo lo que desea, tener la humildad de conformarnos con menos y el deseo de exigir a los demás una conducta igual, es un inicio para pasar del amontonamiento, a la sociedad.
NO creo que lo vea, deseo que mis hijos y nietos alcancen a ver los comienzos de esta revolución que debe ser individual para luego convertirse en colectiva.
Hay ladrones en los gobiernos porque los votamos, porque nos dejamos engañar con frases de ocasión pensadas por publicistas que cobran por escribirlas y políticos que solo las memorizan, pensemos un poco donde estamos y quienes se proponen para cuatro años más de penas y carencias.
Empecé este escrito como un mensaje en una botella, es una manera de explicar un poco mi propia vida.
No está descontado el amor, solo por trabajar para ellos, hay que decirles todos los días, los amo, este sentimiento que uno supone descontado hay que declararlo, porque los hijos un día se convierten en personas con pensamientos y sentimientos propios, dejan de depender de nosotros, pero no de nuestro cariño sin fisuras, no está de más recordárselos.
La vida en el fondo es una acumulación de horas, y muchas veces las desperdiciamos, pensemos un poco y es cierto que vivir es caro, pero lo más bello es gratis, y amar a lo que ayudaste a vivir, no tiene costo sino el tiempo y es la mejor manera de invertirlo.
Los quiero a ustedes y su descendencia solo por existir.
Al resto de la humanidad que por casualidad lean esto, háganme caso inviertan su tiempo en lo único que es realmente suyo: sus hijos.
Los abrazo.-
Me hizo llorar Dr. Es así, cruelmente. En algun momento nos hemos extraviado del verdadero objetivo y dejamos de ser sociedad para cada uno ser su ombligo solamente, llevará tiempo (que no tenemos) y esfuerzo que no sé si nuestros hijos esten dispuestos a hacer, sólo deseo que todo este desbarajuste que como pais y sociedad estamos pasando sirva de aprendizaje y como el Ave Fénix, el pais y la sociedad resurja de sus cenizas. Un abrazo